Una banda en vivo muy animada nos recibió con salsa clásica, la que escuchaban en la época. Nuestro plan era pedir platos para compartir y así poder degustar la mayor variedad de la carta. Al llegar la comida, hubo un error! una cazuela de mariscos. No recuerdo más nada de la comida, solo el DELICIOSO plato de la cazuela de mariscos. 100% recomendado! Gracias mesero por olvidar la orden original, fue una sorpresa muy bien recibida. La atención del personal era perfecta, sin petulancia, era llegar a una casa de algún amigo (muy buen amigo) y que te atendieran explicándote los ingredientes de los platos. Las sonrisas eran tercas y contagiosas. Sin duda un experiencia que hay que vivir y repetir si se da la oportunidad