El ambiente fue increíble. Mucha energía y música. La comida estaba regular. Probamos un lomo a la pimienta y un lomo al vino. El lomo al vino, mucho mejor que el lomo a la pimienta, desde mi punto de vista; pero nada destacado. También probamos los chicharrones y el chorizo argentino; regular. La sangría es exageradamente costosa para la presentación y, además, es un vaso que llenaron con más de 75% con fruta - lamentable. A pesar que la chica que nos atendió procuró atender nuestras consultas, me dio la impresión de que era nueva y no conocía el menú; todo tenía que preguntarlo en la cocina y no supo aventurarse a recomendarnos un plato en un inicio. Para sorpresa nuestra, nos llevamos al hotel lo que pensamos era un tres leches y resultó que nos entregaron un flan. No volvería a ir.