Qué tristeza. Llevé a mi papá al día del padre y se demoraron una hora y veinte en servirnos, y llegamos a las 2 cuando ya estaba medio vacío el lugar. Lo peor de todo es que tienen el valor de poner en la carta QUE SE DEMORAN. No solo eso, los platos son demasiado costosos. Pedimos un fettucini con frutos del mar, a mi papá le encantó, 34 mil pesos, pero el Juanita Acosta, qué decepción: una especie de combo McDonalds de pescado que vale 24 mil pesos. Terrible.