El edificio es el del próximo hotel Marriot y el restaurante está muy bien diseñado, es cómodo y la temperatura es agradable para las noches de Bogotá. La atención del personal es muy buena. La comida es un poco difícil de pronunciar ya que es de orientación Nikkei; pero le diré que comí muelas de cangrejo con queso 7 cueros, comí carpaccio de pulpo, ceviche de chicharrón y el plato por el que fui: lomo con camarones y pulpo; me tomé un cóctel (wayuu) con ginebra y un postre de merengue con chocolate, maracuya, limon y mangostino. Todo es delicioso, es un restaurante para ir muchas veces por que todos los platos son espectaculares y uno queda antojado de más. Recomendado.