Podría decirse que es un clásico en decadencia, la carta tiene buenas opciones para un almuerzo casual, la terraza es agradable y sus helados y cafés son un buen complemento para un almuerzo. Jamás recomendado para la noche y menos sentarse adentro, el lugar se ve sucio y desorganizado, hasta prenden el televisor donde alguien cercano al restaurante se sienta a ver programas familiares y el servicio es vergonzoso. Creo que con la evolución en la oferta gastronómica de la cuidad deben esforzarse un poco más si quieren conservarse