Teníamos más de un año queriendo ir a Nueve, y finalmente fuimos para celebrar el cumpleaños de mi esposa. El servicio me pareció extraordinario: atentos, conocedores de los platos, la cocina es rápida, no hay pregunta que no respondan con seguridad y buena actitud. La comida es creativa, distinta, única, con sabores atrevidos y que parecen el fruto de mucho ensayo y error, y tiene una presentación cuidada y artística. El ambiente de Nueve es para compartir en grupo unos vinos o cocteles, para disfrutar una cena relajada con tu pareja o incluso para negocios porque tienen espacios privados.