Otro clásico italiano en Bogotá que vale la pena visitar. No hay sabores ni ingredientes rebuscados. Desde en el pan hasta en los postres, todos hechos en el restaurante, se nota el toque casero. Hay una gran variedad de platos, con la pasta como protagonista. Recomiendo los Gnocchi Cuatro Quesos (de los mejores que se consiguen en la ciudad), las diferentes pastas gratinadas y platos "En Carrozza", así como el Ossobucco, los Pescados y la Milanesa. Tampoco dejen pasar la Panna Cotta o la Torta de Chocolate. El restaurante fue remodelado recientemente y ahora tiene mucha mejor iluminación. Las mesas también son más cómodas. El servicio es razonablemente rápido y tienen mucha disposición para hacer recomendaciones y atender cualquier petición.

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