El ambiente es muy tranquilo, agradable, se puede conversar con calma. Una cosa en la que podrían mejorar es la calidez del lugar. Algunos días Bogotá es un poco frío. La atención es maravillosa, la calidad humana siempre será un aspecto h en estos lugares. La comida es muy buena, la canasta de pan fue insuperable, fresco, caliente, exquisito. Me gustaron los huevos poché con salmón y tostadas integrales, el calentado también muy rico. El capuchino con leche de almendras y adición de crema de Whiskey fue perfecto. Lo disfruté mucho.