El lugar es espectacular! Queda en el último piso del Hyatt y tienes vista a toda la ciudad, ideal para tardear o una noche viendo las luces de Bogotá. Pedimos un barco con toda la variedad de makis, sashimis y niguiris que estaban ricos pero no memorables. De postre pedimos el crème bruleé de chocolate blanco que estaba espectacular. Los cocktails deli pero se me hicieron caros. El servicio y ambiente son inmejorables. Recomendado!