Un gran lugar, elegante, divino, se nota el cuidado en cada detalle, por fuera no parece pero apenas entras se siente la calidad. Es para personas de promedio 40 años. La carta es muy pequeña lo que lo hace sencillo al definir el plato. Veo que no resaltan mi plato elegido lo que es extraño porque es absolutamente exquisito pedí la Silla de Cordero por Dios qué deleite. Los cocteles muy ricos. El servicio es inmejorable. Baño muy limpio y agradable. Un sitio romántico, de buen ambiente para descrestar al que sea. Gran lugar