Un restaurante pequeño de un ambiente increíble, la atención muy buena, te asesoran para pedir el plato (toca timbrar la puerta para que te abran). Pedí el amen ramen y superó mis expectativas, el sabor me hizo poner los pelitos de punta!!!! También les recomiendo las gaseosas de la casa ( las preparan en el momento) la de gengibre mmmmmm deliciosa!!! Y para el postre no se Pueden perder el merengan de guayaba!!!!! Una combinación de texturas y sabores dulces con ácidos que de verdad me parecieron increíbles!!!!