Bueno, hoy tuve una mala-buena experiencia en este sitio. El ambiente me parece exquisito, sobre todo para disfrutar los días soleados en Bogotá en alguna de sus dos terrazas. Llegamos este sábado sobre las 2 pm, la verdad el sitio sólo atendía una pareja más cuando llegamos. Los precios son razonables para mi concepto, y las entradas TODAS tentadoras. Tras una exquisita entrada mixta, el plato ideal según mi antojo era una milanesa de carne acompañada de pasta mediterránea...la pasta estaba realmente buena, pero la milanesa debo decir sabía como dañada. Apenas la probé sentí un sabor raro pero seguí comiendo. Mi acompañante la probó y me dijo que definitivamente estaba dañada, que no siguiera comiendo porque me podía caer mal. Le comentamos el incidente a la chica que nos atendió. Pidió excusas y se retiró. En pocos momentos llegó la que imaginamos era la encargada o dueña del lugar excusándose por lo ocurrido, y nos preguntó qué nos había disgustado, comentó sobre sus proveedores certificados, realmente se mostró muy interesada en conocer nuestra opinión. Salió, poco después regresó con otra milanesa recién preparada y sin salsas para que la probáramos, tratando de averiguar si los pimentones que estaban sobre la milanesa que yo había pedido eran los que habían dañado el sabor. Definitivamente no nos agradó el sabor de la carne pero la preocupación de la sra fue realmente un aliciente al mal bocado...pero para nada mal rato. Por supuesto, y sin tener que decirles algo más, no incluyeron la carne dentro de la cuenta. La salida de esa hermosa calle bogotana y lo caliente del sol de media tarde fueron el postre de un rato en el que a pesar de todo la pasamos muy bien!!!