Había intentado entrar varias veces y no lo había logrado. Anoche por fin pude disfrutar de una experiencia inolvidable. El tartar de atún con mango y aguacate, con su salsa dulce y ácida, y sus papás crujientes, hacen una mezcla de sabores, texturas y aromas que conforman una perfecta experiencia en su paladar. Para beber pedí una limonada de jengibre con albahaca que resultó ser refrescante, picante y aromática al mismo tiempo. También probé la pasta de remolacha rellena de queso de cabra... inolvidable combinación....exquisita!!. Sin duda se convirtió en uno de mis restaurantes preferidos. Vuelvo siempre!