Una joya escondida en La Candelaria. El menú es corto, delicioso, creativo y satisface plenamente las expectativas de los comensales. Si la comida es excelente el local no se queda atrás, logrando una muy buena combinación de modernidad dentro del ambiente del barrio. Para cerrar con broche de oro, un servicio de primera. Muy recomendable!!!!