Un restaurante que me gustaba y además de ir frecuentemente también pedía por Rappi. Lamentablemente al pasar el tiempo han ido desmejorando, achicando las porciones, así como desmejorando el servicio, es ridículo que un plato se demore 40 minutos en salir, además de la antipatía de la niña que contesta el teléfono.