La comida es muy muy regular. Pedí unas fajitas supremas, el 70% del plato era cebolla mal salteada y tan solo 3 camarones y dos tiras de pollo. Mi acompañante pidió unos nachos y era el mismo plato, con la misma proporción cebolla y carne, solo que con totopos. Las tortillas estaban mal calentadas, al punto de desbaratarse en las manos. Para no regresar. El ambiente es bueno, también la atención.