Opino que el lugar está muy bien montado, cuenta con varios ambientes de acuerdo al mood de cada persona. La decoración es moderna sin quitar lo acogedor. Pedí una Margherita y lo que llegó fue una pizza con el queso chicloso, la albahaca cortada en tiras y la masa más gruesa de lo normal que uno espera de pizza tradicional italiana. De fondo una puttanesca la cual nunca le vi ni sentí rastro de anchos , ni menos el toque picante característico de este plato. La salsa pomodoro bastante regular y las aceitunas sin sabor. El servicio fue demorado, para la pizza esperé 20 minutos y para el fondo tuve que pedirle al mesero que se apurara porque llevaba 30 hora de retraso. Al final nunca me preguntaron que me pareció? Por qué dejé la mitad de mi puttanesca ni nada. Todo se quedó en un lindo ambiente.