Los platos riquísimos! Pedimos Pato Necio, Francés y Casero. Todos deliciosos! Y la granola ni hablar. El servicio muy amable y el ambiente cálido, familiar y la decoración muy bonita. Lo que más me gustó es que tiene un área para niños con juguetes y una pared de pizarra. Pudimos comer muy tranquilos sin preocuparnos y los niños entretenidos. Si llegan temprano pueden estar cómodos, ya por las 10 am se hace fila para entrar los fines de semana.