La política de reservas los sábados no es del todo eficiente, en tanto, solo se puede reservar hasta la 1:30 pm. Como lo había previsto, llegué una hora más tarde, no tenía reserva, pero sí habían varias mesas libres. Realmente, no se va a la fija por esta política. Sin embargo, tuve una atención muy ágil. En la carta no se incluyen las bebidas ni sus precios, de modo que sino se pregunta, el precio es un enigma hasta la factura. Lo mejor fue el carpaccio de lomo, pero las prometidas alcachofas resultaron siendo dos pedazos de 2 cm cúbicos cada uno. Los canelones con ricotta y espinaca, solo estaban rellenos de una masa verde clara, que no sabía a espinaca. Muy buen sabor el del plato frutos del mar.