La reserva (para evitar inconvenientes). La expectativa por el recuerdo de esos sabores diferentes y que hacen especial a este sitio. La atención y las recomendaciones del personal, como siempre, de primera. La ansiedad de probar nuevos platos y el querer volver a repetir otros para deleitarse de su sabor. La decisión de siempre: antipastos, entradas y platos fuertes para compartir y poder disfrutar con los diferentes sabores: Chorizo de cerdo y Morrillo curado, acompañados por Pamela y Raquel, dos de sus cervezas artesanales. Uno de los especiales de la casa: Porchetta de cerdo (de las cosas ricas que he probado), Chatas asadas en pequeños cortes, a punto. Simplemente delicioso. Más antojos: Calamar Pota apanado y Burrata (de origen Planeta Rica, Córdoba), se deshace en la boca. Para el dulce final había que repetir: Chocolate más Chocolate, creo que es uno de los postres de chocolate más delicioso que he probado. Además, uno nuevo: Tartaleta de ruibarbo, con ese delicioso ácido de este tallo. Antes de irnos, otra repetición: un delicioso café preparado con la técnica del sifón, de origen Nariño y con todas las explicaciones de la técnica paso a paso. Realmente es un placer volver a los lugares que te hacen sentir a gusto.

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