Un tesoro en Usaquén! Desde que llegas, te reciben con mucho cariño, la cocina es abierta, nos sentamos en el segundo piso, rodeados de ventanales y mucha luz. Nos atendido el Sr. Mario, altamente capacitado y con gran conocimiento sobre la carta, los producto y procedimientos. Como entrada, ordenamos el Carpaccio de piña con camarones a la parrilla. La presentación nos impactó mucho, la mezcla de sabores es realmente una experiencia exótica, refrescante y alegre en un plato, para degustarlo lentamente. Como plato fuerte ordené el tacu tacu de mariscos sobre una camita de arroz y lentejas tostadas acompañados con ahuyama, zuccini y pimentón a la parrilla, suave y con mucho sabor, los ingredientes se sentían muy frescos. Como postre ordenamos la trilogía, en la que para mí lo más interesante fue la papayuela con pimienta rosada. Ha sido una de las mejores experiencias que he tenido, con una atención verdaderamente inmejorable, apoyados por el Sr. Ernesto. Quiero felicitar a todo el equipo por tan grandioso y arduo trabajo que realizan en este grato y ameno lugar. Al finalizar, nos invitaron a conocer el último piso, en donde tienen una terraza divina y me tomé mi agua aromática.

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