Takuma. Una bonita casa decorada de manera modesta pero cómoda, es el preludio de una muy buena comida, servida en porciones más que generosas. El proceso de preparación cumple la promesa de su eslogan entregando un pequeño show que agrada y entretiene. La ejecución de la cocción en presencia del comensal genera siempre curiosidad y se complementa con la simpatía que el chef le imprime convirtiendo la experiencia en un agradable momento.