Desde el boom cuando abrieron a lo que es hoy hay un camino largo. Era un buen restaurante, ahora ya deje de pensar que cada mala experiencia era un caso aislado, y que es mas una situación normal. Las últimas dos veces he pedido costillas, y han estado terribles. La ultima vez me las sirvieron congeladas, no frías, todavía congeladas. Después de quejarme, me traen nuevamente las costillas descongeladas a los trancazos, sin sabor con pura textura de carne descongelado a la fuerza. Se siente que es un sitio sin dueño. No le vuelvo a dar el chance. .. Quedó visto.