El sitio es pequeño y acogedor, la decoración es muy sobria, los cupcakes diminutos, ricos pero pequeños en demasía, probamos el de Oreo y muy rica la crema, suave al paladar y con buena textura, los tes muy ricos y todo muy bien presentado, nos quedamos con ganas de probar otros sabores porque al ignorar el tamaño sólo pedimos 2 y la mesera nunca volvió a darse cuenta de nosotros o a ver si necesitábamos algo más, mucho menos a ofrecer otras cosas. Estuvo bien por conocer pero no volvería.