La falta de conocimiento de la carta por parte de los meseros, sumada a la vergonzosa confusión de ir con los platos preguntando mesa por mesa si ese fue el que pidieron opaca mucho la calidad del lugar. La comida regular tirando a mala. La noche fue salvada por los fabulodos aunque demorados, cócteles, una buena decoración con ambiente agradable y unos excelentes mariachis en vivo para acompañar la cena.