El ambiente, la música y la vibra en general del sitio es muy chevere, entre luz y oscuridades. La decoración agradable sin ser cargada. Se esmeran en la atencion pero se complica cuando el restaurante se llena, se vuelve imposible conseguir un mesero y los platos salen a destiempos. La comida es rica, algunos platos mejores que otros, las tortillas muuy buenas pero los platos son minúsculos para lo que se paga. Por otra parte, los cocteles y tragos están muy buenos y a buen precio. Hay que ir comido, picar y a tomar tequila