Dentro de esta nueva onda de comida "sana" aparecen muchos de estos sitios por la ciudad y esta franquicia es una más del montón. Pedimos unos frijoles con chile y resultaron ser de lata, y si no lo eran la salsa les queda igual de repugnante. Una ensalada mediterránea, servida en envase plástico, muy ecológico, donde los ingredientes van separados en pequeños montones y con una salsa aderezo en el centro bien feita, unas cuantas aceitunas, un poco de queso de cabra y toneladas de espinaca, nunca me ofrecieron siquiera aceite de oliva. Los jugos energéticos y "detox" son de risa y los nombres peor, obviamente todo en inglés para tramar más. Otro pésimo sitio de estos que salen a tomar ventaja del afán de la gente de comer "sano" cuando ni siquiera saben definir una caloría.