Llegamos temprano un sábado y nos atendieron rápido. Pedimos de entrada las empanadas típicas, pequeñas pero muy sabrosas, acompañadas de ají de huevo. De fuerte pedimos torta de menudo y media porción de lengua en salsa. La torta increíble, una combinación balanceada entre el menudo y el sabor del comino, uno de los platos más tradicionales de la gastronomía Cundiboyacense y que, difícilmente, se encuentra en las cartas de los restaurantes de la ciudad. La lengua suave, la salsa parecía una española muy bien lograda. A pesar de ser media porción era bien generosa. De postre, torta de almohabana y postre de natas. La torta, al parecer, recién horneada, de sabor potente y bien generosa de bocadillo. El postre de natas tenía en leve sabor a licor, increíble también. El servicio ágil, servicial y bien calificado. Hay que llegar temprano porque se hace fila. Las medias porciones son suficientes. Para regresar