Con el local bastante desocupado, al rededor del 50%, el servicio se tardó casi 1 hora. Exagerada espera para unos platos corrientes a la hora del almuerzo. A pesar de haber solicitado algo de premura con la maitre, no hubo ninguna diligencia en el pedido. Los platos estaban fríos aunque de buen sabor la corvina a la parrilla. El arroz cantonés estaba un poco seco para mi gusto. No ordenamos postre por obvias razones que no nos dio el tiempo. Fue una malograda experiencia.