El lugar no me agradó y no lo recomendaría. El restaurante no tiene una carta con gran variedad de platos. Yo esperaba que hubiera platos tradicionales italianos pero no. Yo no como cerdo y tuve problemas en encontrar qué comer. Terminé pidiendo una pasta al pesto bastante ostigante, empalagosa y lo peor de todo, salada. El pan de cortesía, seco y duro. Los precios son muy altos para lo que es la comida. Probé también la pasta de ahuyama y la verdad el plato presenta un sabor que cansa después de dos bocados. El postre, nada especial. El helado de vainilla no sabe a nada!! Además increíble que haya como 5 meseros por mesa. Nunca supe quién era el que atendía la mesa. No volveré ni lo recomiendo.