Se puede decir que es un lugar clásico para comer postres, su encanto no radica en la magia que puedan tener sus postres, si no el plan y el ambiente entorno a estos( visitar la sábana de sopo y poder comer postres en los jardines aledaños a la cabaña es todo una experiencia ), sus productos son fresco y de buen sabor. Aparte cuenta con un mercado de productos lácteos de la marca. En resumidas cuentas es un plan relajado y divertido para hacer en familia o amigos.