Comida
Servicio
Ambiente

Una grata sorpresa. En nuestra ciudad solo había un excelente restaurante de este tipo de comida. Habrá que ver cómo evoluciona este nuevo sitio. Personalmente no me gustan los restaurantes de este grupo de inversionistas (salvo uno que otro) pero éste podría ser otra excepción. Lleva poco tiempo abierto y ojalá no lo dañen como otros de sus restaurantes. El servicio es sumamente cálido y tiene un gran ambiente desde la estupenda barra, hasta las mesas del fondo. Al llegar tomamos unas buenas micheladas acompañadas de totopos con tres tipos de salsas picantes. Entre otros elementos, un buen restaurante mexicano que se respete debe tener unas buenas tortillas y este sitio cumple a cabalidad. Es muy atractivo ver a la entrada el espacio que tienen dispuesto para la preparación de ese elemento indispensable. El sabor, el tamaño, el grosor y la resistencia me parecieron adecuados. No hay nada peor que una tortilla que se rompe al humedecerse un poco con el contacto cualquier salsa, pero las de este sitio resisten a la perfección. La oferta gastronómica tuvo algunos lunares, pero también unos increíbles aciertos: Pedimos de entrada un guacamole sin pena ni gloria. (Creo que les falta bastante para sorprender con algo que es básico, pero clave para un restaurante de este tipo). Luego pedimos unos buenos tacos de cochinita pibil y unos deliciosos (inclusive diría memorables) tacos de camarón (espero sinceramente que no le cambien nada a la receta). Terminamos con un buen, pero algo simple, cochinito confitado. Me muero de las ganas de volver y seguir explorando el menú!

Comida
Servicio
Ambiente
  • Guacamole
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