En mi humilde opinión este lugar tiene tal vez la mejor oferta de maki en Bogotá, pero no sólo la oferta sino la calidad y el sabor, realmente es muy buena la comida, el arroz puede mejorar, no obstante el sabor es bueno, seguramente las veces que he ido el arroz esta duro y seco. El ambiente increíble, el techo con bambú y la cascada dan un aire de frescura y a veces parece que estuvieras en Asia. Los meseros son un poco arrogantes, no todos pero el servicio es importante teniendo en cuenta el tipo de lugar y el precio. El precio es justo. Es un buen lugar para diferentes ocasiones y no genera ese aire de excluyente que tienen ciertos restaurantes.