La carta tiene gran variedad de platos. Las pastas son buenas. Sin embargo, el servicio no es el mejor. Además, cada vez quitan más cosas. Antes servían como cortesía unos quesos con aceite de oliva junto al pan inflado. Hoy los quesos los cobran. Antes cuando uno pedía un café, le ofrecían galletas como cortesía. Ya no. Cada vez se vuelven más tacaños en esos pequeños detalles que caracterizaban el lugar.