Estupendo restaurante casi escondido en la vía Bogotá - La Calera (Km 9), con un ambiente acogedor, muy intimista y bucólico, a la orilla del río, con la atención cálida y oportuna de sus propietarias y una cocina muy delicada, de preparación en su punto, buenos ingredientes y excelente cocción, en la que no hay plato que demerite en nada a uno de los mejores restaurantes en Bogotá.