El Fulanitos de la 71 deja mucho que desear, al sitio de entrada le falta una mano de pintura y decoración, parece un sitio de corrientazo de 7 mil de los muchos que hay al voltear la esquina y cruzar la calle. Es un sitio de unos 20 mil por plato fuerte del que uno espera un poco más. En cuanto a la comida, los aborrajados saben mucho a harina y ocultan el sabor del plátano maduro; las chuletas están bien pero al arroz que acompaña le falta sabor valluno, es muy bueno pero no sabe a Valle igual que las tajadas que ponen de acompañamiento; el arroz atollado les queda mas masacotudo de lo que me parece que debe ser y la presencia no es la mejor; y las yucas que dicen traer de Caicedonia la verdad no lo creo aunque el hogao con que las sirven si está bueno. En resumen, es un restaurante más, con nada especial para destacar y de seguro no el mejor de cocina valluna en Bogotá.