El sitio es bastante acogedor, la cascada, el acuario y el mirador hacen una experiencia bonita, sin embargo, la comida es completamente normal tirando a mal. Algunos platos horribles, tales como el arroz jimbalaya o como se llame; la limonada cerezada sabía a agua de trapero -además, y en una opinión muy personal, los vasos parecidos a los de la mermelada no me parecen agradables, ya que hacen ver la bebida eterogénea. Y en cuanto a la relación calidad - precio, debo decir que es muy mala, ya que los platos no cumplen la expectativa en lo más mínimo, o por lo menos los que las 6 personas que fuimos pedimos.