De entrada ordené un maki samurai. Lo hice porque me llamó la atención los vegetales crocantes encima del rollo. Si bien no estaban de mal de sabor, nunca estuvieron crujientes. De plato fuerte tomé un beef teriyaki acompañado de vegetales tempura. La salsa bastante rica, pero la carne no terminó de convencerme. Para finalizar, opté por un Crème brûlée de coco que, por culpa del servicio, no salió como debía (la capa no estaba crujiente). A pesar de que el restaurante estaba vacío en un 70%, el servicio no fue muy ágil. La entrada salió en buen tiempo pero los demás platos se demoraron en llegar. El postre casi lo cancelo justamente porque tardó en aparecer (alrededor de 20-25 minutos). En términos generales fue una comida buena/normal. Le daría otra oportunidad al lugar.

•