El ambiente es lo más agradable, me gusta su estilo urbano. Es un lugar pequeño, las mesas están muy juntas lo que limita el espacio personal. Pedí el sandwich Philly que era el más recomendado y no me pareció espectacular, sólo bien preparado y el acompañamiento una ensalada muy simple, la que harían en cualquier restaurante ejecutivo (tomate, lechuga y zanahoria), esperaba mucho más de la comida. Sin embargo, le daría una segunda oportunidad y esta vez a los brunch o desayunos. Finalmente, los meseros fueron muy amables aunque se demoraron mucho con el pedido.

•