Es un lugar acogedor como para pasar un rato con los amigos y de paso cenar o almorzar; las hamburguesas no son del otro mundo, pero saben muy bien y las Papotas me parecieron deliciosas "súper recomendadas". El servicio me pareció muy lento ya que a pesar de que en el lugar solo había cuatro mesas ocupadas, la orden se demoro muchísimo.