Esta pastelería es mis favoritas en Bogotá, tal vez sólo superada por Myriam Camhi. Sin embargo, el concepto de este lugar es distinto porque es exlcusivamente francés y es más sencillo. El ambiente es agradable y el servicio es relativamente bueno. Tuve una mejor experiencia en el de la 85 que en el de la zona G pero me sigue pareciendo el sitio perfecto para tomar un café con un postre en compañía de amigos y/o familia.