Es un lugar auténtico y con personalidad, cero pretensiones. La comida, increíble! es un gran banquete con todos los sabores alemanes clásicos. Las salchichas deliciosas, el codillo insuperable, y lo mejor, con lo que uno pida, tiene la opción de probar varios tipos de chucrut y de ensalada de papa. De sólo pensarlo, empiezo a planear mi regreso.