El té negro, es el mejor que he probado, el sabor es único. El eclair es delicioso, el pan de chocolate muy bueno. El ambiente muy regular. Pero lo peor, es el servicio, deja mucho que desear, las niñas que sirven en el lugar, son desordenadas, para pasar a una mesa unos vasos, no los llevan en una bandeja, cogen tres vasos en una mano e introducen los dedos en el vaso. Cuando llega la hora de salida empiezan a limpiar el piso encima de los clientes y a las personas que llegan, les dicen que solo hay servicio para llevar. Si este establecimiento lo remodelaran y cambiaran el servicio, que es pésimo, seria increíble. Ah y se me olvidaba, las danesas es mejor consumirlas dentro del establecimiento, porque si salen añejas se pueden devolver, el problema es cuando son para llevar, ahí si no hay nada que hacer.