Desde que recuerdo frecuento este lugar y la verdad es siempre me ha encantado. A pesar de que le han bajado la porción a los platos, estos siguen siendo de muy buen sabor. La canasta de pan que ofrecen al llegar es deliciosa. Recomendado el desayuno ranchero, el california, el croissant frances y los huevos endiablados. Debido a lo lleno que se encuentra el lugar la atencion es un poco lenta. En la cafetería de afuera los bocadillos (sanduches) tanto grandes como pequeños son deliciosos. También el pan de uva y las tortas.