Muy pequeño el sitio, se debe llenar muy rápido. Eramos siete personas y pedimos nueve tapas, todas muy ricas. Las mejores las patatas bravas y unos satay de lomo que aunque no es español, combinaba bien, el pulpo rico, langostinos buenos Lo único que deberían mejorar es el tamaño de los platico que ponen para uno servirse, no cabe nada Con seguridad voy a volver a probar otras tapas y me gustaría hacerlo en la noche para tomar unos buenos vinos.