Cada vez nos convencemos más que los restaurantes "de experiencia", no tienen en general una comida espectacular que exceda las expectativas. El lugar es muy bonito, los platos en los q te sirven muy originales y las recetas diferentes. Sin embargo los sabores distan mucho de ser contundentes. Ordenamos Pulpo Juana de entrada, un pulpo tostado, con poco sabor, la salsa muy sosa, y tres mini espárragos. Habíamos visto fotos previas de ese plato y redujeron la porción. Fuertes: lomo en reducción de porcini sobre hummus de garbanzo y zanahorias dulces. El plato es bueno, la carne en su punto, pero le falta sabor. A veces uno piensa q pedir sal adicional en un restaurante es casi q un insulto al chef, pero la verdad faltaba sal y sabor. Agradecemos la adicion de vegetales salteados. Costillas a la griolia... secas, sosas, con poca salsa. Los postres: pancakes de pistacho y canolis. Los pancakes regulares, los frutos rojos frescos pero es un postre muy grande con sabor poco contundente. Los canoli vienen tres, uno con ricotta y frutos rojos, otro con nutella y el otro con la misma salsa de pistacho de los pancakes. La masa crocante y deliciosa, el helado de pistacho bueno. El café bueno. Los cocteles se ven bien, no los probamos. En general un sitio ostentoso, dicen q bueno para brunch pero creemos que no para almorzar o cenar. Depronto volveremos por postre pero nada más.