Se destaca por la atención, el servicio y las opciones de entretenimiento más que por la calidad de su comida. El sitio es inmenso, cuenta con el comedor principal, mesas y espacios al aire libre, un pequeño bar, salón de eventos, mini granja, juegos infantiles y capilla. Hay shows de música en vivo, de baile, presentación de caballos y personas disfrazas de personajes representativos de la cultura mexicana. El servicio es realmente rápido aunque los platos no salen simultáneamente. De la comida no hay mucho por decir… está bien y ya, nada del otro mundo. Es costoso pero lo que terminas pagando realmente es toda la experiencia.