Despues de escuchar tantas buenas referencias, decidimos pasar a reservar (muy importante ya que siempre está lleno) y conocer este hermoso lugar. Son 3 pisos, donde en el primero está el DJ, para los pisos 2 y 3 hay escaleras y elevador, una persona tocando el saxofón recorre el lugar en donde hay cavas de vino en el piso 1 y 2. Finalmente nos tocó el piso 3 (por suerte ya que está el mejor, William) e iniciamls nuestra aventura con una burrata de la casa, la cual estaba muy buena. Dentro de los platos y los cuales podemos recomendar el fetuccini al tartufo y fungi (porción adicional de lomo ya que viene sin) y la recomendación del salonero el rissoto venere di mare. Todo esto acompañado de un vino italiano carpineto dogajolo. Para cerrar la noche, pedimos el tiramisú ganador del 2015 como el mejor del mundo por seguir la receta original, hagan el favor y no se retiren sin pedirlo. Los profiteroles tambien estan muy buenos. La verdad que la atención no pudo ser mejor y el sabor de la comida no se queda atras, sin duda nuestro nuevo lugar favorito en bogotá. Volveremos por más.

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