Lo ideal es reservar casi un mes antes, para lograr entrar al restaurante, de lo contrario te puedes quedar esperando hasta más de dos horas por una mesa; hay un pequeño parque como zona de espera donde se pueden comprar cosas para picar, como postres, hamburguesas pequeñas picadas y jugos. El ambiente es lindo, muy familiar, el servicio excelente; la comida es rica, todo es de muy buena calidad, aunque no son platos sorprendentes con relación al precio.