Desde que llegamos nos atendieron de una manera que extrañaba, pues para esa atencion hay que pagar mucho en muchos lugares de Medellin, y aqui, sin habernos gastado un solo peso, ya se notaba la diferencia. El mesero que nos atendio inicialmente, fue muy amable, y Camila, la que se encarga de darte una velada maravillosa, se habia tomado la moelstia de decorar la mesa con bombas, pues con anterioridad le habia dicho que era para celebrar meses con mi esposa. Luego vino la carta, pedimos entrada de Pulpo bañado en vinagreta de maracuya y parmesano....absolutamente delicioso, el pulpo suave, con el balance perfecto de acido y sabor natural, la porcion muy generosa. Despues, llego la hora de seleccionar el plato fuerte, y es ahi donde Camila se roba el show. Sabe TODO, de cada uno de los platos en la carta, que fue sorpresivamente amplia, y nos ayudo a seleccionar nuestros platos de acuerdo al gusto particular de cada uno. La jalea de mariscos, que son apanados acompañados de platano y cebolla, no se la pueden perder. Es un plato bastante grande, con pulpo, calamar, langostino, camaron y cangrejo, exquisito. El arroz chaufa tiene la medida perfecta de humedad, la salsa es deliciosa y los mariscos estaban suaves y jugosos, ninguno pasado de termino, y por el contrario, mejor que muchos que me he comido, se sentia el sabor natural de los mariscos y la salsa agregaba valor al plato, no lo opacaba. El precio se subio un poco porque pedimos INKA COLA, que es la bebida importada, rica pero su precio es elevado, hay mejores opciones en la carta. Los platos principales tienen un precio muy razonable y por debajo de lo que ofrecen otros restaurantes de mas nombre pero no necesariamente mejores. El arroz chaufa mar y tierra, con una porcion bastante grande y repleto de mariscos tiene un costo de 23.000 aprox, y la jalea de mariscos, que es una absoluta delicia, cuesta 27 pero perfectamente es un plato para compartir. En resumen, es una experiencia que vale la pena, prueben el pisco de fresa, es muy rico, y tienen tambien cervezas de peru, asi como pastas, platos de res bañados en cerveza, arroz de otro tipo, multiples entradas, postres poco usuales como las fresas borrachas (fresas bañadas en vino acompañadas de helado), que desafortunadamente no pudimos probar de lo llenos que quedamos. Es un restaurante que por su carta, servicio, calidad y precio, merece multiples visitas para descubrir todos sus secretos, super recomendado!